Agricultura + ganadería = mejores rindes y suelos

Un estudio del INTA destaca el impacto positivo de integrar la agricultura y la ganadería en una misma unidad productiva. Los cultivos de servicio funcionan como ración de verdeos invernales, componen la materia orgánica del suelo y mejoran rendimientos de cultivos como la soja y el maíz.

Los sistemas mixtos mejoran la calidad del suelo y los rindimientos agrícolas, según un estudio desarrollado por el INTA Las Breñas. El mismo destaca el impacto positivo de integrar la agricultura y la ganadería en una misma unidad productiva. Así, los cultivos de servicios funcionan como ración de verdeos invernales, al tiempo que recomponen la materia orgánica en el suelo y mejoran los rendimientos de soja y maíz.

En este caso, la investigación llevada a cabo en la región sudoeste del Chaco se caracteriza por las precipitaciones irregulares con eventos extremos de excesos o déficit de agua. Esta dificultad para la planificación a largo plazo del uso de tecnologías de insumos y de procesos para mejorar las condiciones productivas impulsó un estudio del INTA.

“Evaluamos el impacto de los sistemas mixtos en la calidad del suelo con muy buenos resultados”, señaló Verónica Sauer (especialista en rotación de cultivos del INTA Las Breñas, Chaco), quien adelantó que invertir con cultivos de servicios es una alternativa de manejo que permite recomponer suelos con procesos degradativos y la fragilidad de los sistemas en esta región”.

“Así, se agrega vida al sistema, se incrementa la materia orgánica en el suelo, se incorpora nitrógeno mediante la fijación biológica utilizando Vicia villosa, al tiempo que se descompacta biológicamente con el uso de crucíferas, como el caso de rabanito forrajero”.

En esta línea, Lucas Bruno (investigador del INTA Las Breñas, Chaco) ponderó el rol de los cultivos de cobertura en los sistemas mixtos, al cumplir un doble objetivo: un primer aprovechamiento como ración de verdeos invernales, mediante un pastoreo intensivo sin reingreso a la parcela, además de enriquecer el contenido de materia orgánica en el suelo.

A su vez, se registraron mejoras en los rindes de soja y maíz: “En algunos años, pasamos de una soja con manejo tradicional de 2500 kg Ha-1 a 4870 kg Ha-1, y en el caso de maíz, de 7185 a 12500 kg ha-1 de rinde, solo apostando a la mejora de los servicios ecosistémicos que los cultivos de servicios podían lograr”.

Por su parte, Nicolas Campos (especialista del INTA Las Breñas, Chaco) reconoció que, las condiciones climáticas no permiten todos los años incorporar cultivos de servicios, por lo que se estudió el impacto de la siembra de cultivos asociados, realizando de manera simultánea el cultivo de renta de interés, con el de servicio. “Así, se observaron mejoras en la expresión de rinde variando entre campañas, entre 1000 y 1800 kg más de maíz respecto del manejo tradicional”, indicó.

En este punto, Sauer reconoció que recomponer la calidad del suelo lleva tiempo y, en esta línea, detalló que “estudios de mejora de manejo indican que son necesarios más de 6 años para pasar de 2,32 % a 2,8 % y 9 años para alcanzar 3 % de materia orgánica del suelo (MOS) con sistemas de cero labranzas y 50 % de participación de gramíneas en las rotaciones”.

“Los resultados del ensayo mostraron ganancias diarias de peso vivo de 1,165 kg día-1 durante los 60 días que duró la experiencia, 0,400 kg más que con manejos en pasturas diferidas”, explicó. Además, se mejoró el nivel de materia orgánica en el suelo de 2,2 % a 2,4 %, al cabo de 6 meses que duró la evaluación de esta práctica.

Fuente: INTA Informa