Pensar en explicar una idea en 180 segundos muchas veces es complejo, imaginense hacer eso con una investigación. Ese fue el desafío que asumieron jovenes investigadores en el IV Congreso Mundial de Alfalfa.
Esta propuesta fomenta una comunicación concisa y potente. La última secuencia abordó la nutrición y se trazó una linea sobre el futuro del forraje desde la planta pasando por la creación de productos de alto valor añadido y concluyendo en la implementación de sistemas de gestión inteligentes a escala global.
Este análisis se adentra en las propuestas de Sara Orbach, Morgane Simonnet y Geet Raju, tres visiones que, en conjunto, ilustran cómo la nueva generación está redefiniendo la cadena de valor de la alfalfa. Iniciaremos nuestro recorrido en el nivel más elemental: el potencial oculto dentro de la estructura fibrosa de la planta.
Revalorizando el tallo de alfalfa más allá de la nutrición
Sara Orbach se sumerge en la arquitectura fundamental de la alfalfa, apuntando a un componente a menudo subestimado: el tallo. Su trabajo aborda un dilema inherente a la maduración de la planta: a medida que crece, la concentración de proteína disminuye mientras el contenido de fibra aumenta, reduciendo su digestibilidad.

Sin embargo, en lugar de ver esto como una limitación, su investigación lo plantea como una oportunidad. Mientras otras plantas como el cáñamo se cultivan por sus fibras, Orbach busca una nueva «vía de valorización» para la alfalfa, transformando un subproducto de bajo valor en una materia prima para aplicaciones industriales.
Para ello, despliega un triple análisis sistemático: un estudio histológico de alta precisión para visualizar los tejidos, un análisis de composición química para cuantificar proteínas y tipos de fibra, y un análisis de sorción de vapor para entender cómo estas fibras interactúan con la humedad.
El objetivo final es utilizar estos datos para decidir cómo transformar el tallo en biomateriales de alto valor, como «materiales de aislamiento o refuerzos en hormigón». Orbach subraya que esta es aún una «pregunta abierta», destacando la naturaleza exploratoria de una investigación que podría abrir mercados completamente nuevos para los productores de alfalfa.
Mientras Orbach explora el potencial latente en la estructura fibrosa del tallo, la propuesta de Simonnet demuestra cómo una manipulación industrial precisa de esa misma fibra ya está creando soluciones de alto valor para desafíos nutricionales específicos, como la salud gástrica en el exigente mercado equino.
Una solución innovadora para la salud digestiva equina con Hippomix Duo
Morgane Simonnet ataca un problema de enormes proporciones con una estadística impactante: el 80% de los caballos de carreras sufren problemas gástricos, una condición a menudo exacerbada por dietas altas en almidón y el estrés del entrenamiento intensivo.
Su respuesta es Hippomix Duo, un alimento disruptivo diseñado para la salud y el rendimiento. Su fórmula se basa en una sinergia de tres componentes clave. El primero es una alfalfa refinada, producto de un proceso industrial único que la convierte en «fibras muy finas, suaves y pequeñas», ideales para ayudar a disminuir la acidez gástrica. El segundo es la remolacha azucarera desmenuzada, presentada en hebras en lugar de pellets para maximizar la fibra y proporcionar energía segura «sin el exceso de almidón». Finalmente, el aceite de linaza aporta energía adicional, ácidos grasos omega-3 y reduce las partículas finas para minimizar el riesgo de enfermedades respiratorias.

La misión conjunta de estos ingredientes es clara: reducir el riesgo de enfermedades digestivas, proporcionar energía segura y mejorar la salud general. Hippomix Duo se presenta así como un producto que combina «innovación, ciencia y un toque de audacia» para resolver un problema crónico en un mercado de alto rendimiento.
Si Hippomix Duo representa la cúspide de la formulación de productos de precisión, la innovación de Geet Raju eleva el principio de la precisión a escala industrial, aplicando la inteligencia artificial para decodificar y optimizar el valor del forraje en la ganadería lechera.
La revolución del heno con inteligencia artificial para la ganadería lechera
Geet Raju aborda un factor económico crítico: la calidad del heno. Su argumento es directo y contundente: un forraje de mala calidad puede «reducir el rendimiento lechero en un 20%», lo que representa una pérdida de «5 litros de leche por vaca en un solo día».
Para resolver esto, presenta Hay-Ted, el «primer sistema de monitoreo de heno desde el campo hasta la alimentación». Su funcionamiento es una combinación de hardware y software: los agricultores insertan sondas en sus pacas de heno, que monitorean la temperatura 24/7.
Estos datos se transfieren a la nube, donde son procesados por algoritmos automáticos. El sistema transforma los datos de temperatura en indicadores clave de calidad que se envían directamente al smartphone del agricultor.

De forma notable, el modelo de IA proporciona valores de proteína cruda, Fibra Detergente Neutro (NDF) y Valor Relativo del Forraje (RFV) sin necesidad de análisis de laboratorio, con una precisión actual de «más del 85%».
Con origen en Finlandia y más de 2,000 clientes en todo el mundo, Hay-Ted ya está permitiendo a los productores estabilizar la producción, reducir pérdidas y aumentar sus ingresos, transformando la gestión del forraje en un proceso proactivo y basado en datos.
Las presentaciones de Orbach, Simonnet y Raju, aunque diversas, convergen en una idea central: maximizar el valor de los forrajes a través de la ciencia y la tecnología. Sus proyectos ilustran un cambio de paradigma fundamental, transitando desde un enfoque que trata a la alfalfa como un simple commodity hacia una gestión de precisión que la considera una materia prima de alto potencial.
