Con la Sierra del Total y la cordillera de fondo, mientras las máquinas “reacomodan” un campo, que próximamente estará repleto de alfalfa y que anteriormente, era explotado para la producción de tomates, Gustavo y Octavio Dorgan supervisan los trabajos para no dejar nada librado al azar.
Tienen en claro que hay que ajustar cada detalle para lograr ser eficientes en épocas donde los costos son altos y los márgenes de ganancias cada vez más cortos. Junto a ellos, está el ingeniero agrónomo Omar Zamorano, quien acompaña cada paso que desde la empresa realizan.
Recientemente incorporaron más de 400 hectáreas en la zona de 9 de julio (San Juan) donde van a producir heno con fines exportables, mientras que en la zona de Jáchal, el desarrollo permite reproducir semillas de alfalfa.
“Una forma de vivir”
Gustavo Dorgan, hace más de 40 años que se dedica a la producción de semillas de alfalfa y fardos. “Nuestra empresa se ha consolidado como un referente en el sector”, remarcó y agregó: “el 90% de nuestra producción se destina a semillas, lo que nos ha llevado a recorrer el mundo en busca de las mejores variedades”.
En la actualidad tienen 11 fincas, algunas propias, otras alquiladas, otras en sociedad. “Aunque el agua es un desafío en San Juan, hemos logrado establecer cultivos en lugares donde disponemos de recursos hídricos, ya sea a través de pozos, surgentes o canales.
Cabe destacar que en su zona natal, Niquivil (Jáchal) el agua es un bien muy preciado (llueve poco) y eso hace que, por esa y otras características, toda la región sea un punto clave para reproducir semillas de calidad.
“En promedio, aquí llueven apenas 100 mm al año, pero en regiones como Jáchal, donde poseemos un campo grande, la lluvia alcanza los 60 mm, facilitando el manejo del cultivo”.
Dorgan destacó que en el año 82, “cuando vislumbré el potencial de la semilla de alfalfa en el INTA de Pocito, he estado comprometido con esta producción. He entendido que la calidad de la semilla mejora con menores precipitaciones, ya que podemos manejar el riego y generar estrés hídrico para optimizar la polinización”.
Justamente el mayor costo está en el alquiler de colmenas para la polinización (manejan entre 5 y 6 mil colmenas). Pero la baja humedad “garantiza una cosecha de semillas doradas y riñonadas, perfectas para el mercado”.
Además, destacó que “el último año, hemos experimentado un crecimiento explosivo en ventas, superando los logros de los 30 años anteriores”.
La pasión por la alfalfa: Un legado familiar
Octavio es hijo del fundador de la empresa y asegura que continuar en el camino iniciado por su padre o fue un acto aislado; fue el resultado de una vida entera de aprendizaje en el campo. Mi padre siempre decía que “el campo da lo que uno le pone”, y esa filosofía resuena en mí hasta hoy. No puedo imaginar dedicarme a otra cosa que no sea alfalfa.
«Esta pasión no solo es una elección profesional, es parte de mi identidad. Veo la continuidad de la empresa como una forma de honrar su trabajo y, al mismo tiempo, de construir algo aún más grande», remarcó.
“Hoy, estamos en una etapa de expansión; alquilamos nuevas hectáreas y formamos sociedades con otros productores para incrementar nuestra capacidad. Este enfoque colaborativo nos permite no solo crecer, sino también innovar en nuestros métodos”, aseguró.
Al momento de realizar la nota los empleados de Dorgan Semillas realizaban el compactado de fardos que tendrán destino internacional. Justamente la producción de ese momento viajaría a Dubai. “Tenemos un pedido inicial de tres contenedores con posibilidad de que sean 50”, se ilusionó.
Y aclaró que “no nos centramos en el volumen, nuestra estrategia se fundamenta en ofrecer un producto de alta calidad”.
La seriedad y la dedicación son clave en nuestras negociaciones, especialmente cuando se trata de establecer relaciones con clientes como la familia real en Dubái. “Cuando enviamos las muestras, la respuesta fue increíble”, manifestó.
El producto lo manejamos nosotros…
“Nuestro eslogan, es nuestra calidad, y eso no se discute”, asegura Octavio, y ante la competencia, dice: “cada kilo de semilla que vendemos, lo producimos nosotros de punta a punta”.
“De principio a fin, al producto lo manejamos nosotros”, concluyó.