Bajas temperaturas y los efectos en la alfalfa

Las temperaturas bajo cero pueden tener efectos nocivos en la “reina de las forrajeras” dependiendo del estado de desarrollo y del grupo de latencia cuando ya es adulta. Intensas heladas y prolongadas pueden causar daños significativos y reducir el rendimiento.

Alfalfa grupo 6 de dos años afectadas por heladas en Villa Valeria (Juan Lus)

Con las bajas temperaturas y la ola de frío que afecta a todo el territorio argentino ¿debe preocupar al productor de alfalfa?. La respuestas es no, pero…

“Se puede secar la parte aérea pero la raíz en general no se afecta, pero depende como estaba el cultivo”, indicó una fuente consultada por TodoAlfalfa. Por lo tanto, dependerá de como se encuentre el cultivo al momento del evento climatológico y también de la capacidad de resistencia de la semilla implantada.

En tanto, un productor consultado por este medio se mostró preocupado por “las ‘alfitas’ nuevas, las que están recién naciendo”.

Otro especialista manifestó que “si la planta está en emergencia, hasta tres o cuatro hojas verdaderas para adelante difícilmente tengas pérdida de plantas, aunque alguna podés llegar a perder con estos fríos ‘recontracojudos’, pero no tenés un mayor problema”.

Sin embargo, “si la agarra en plantula, en cotiledón, una helada como la que tuvimos hoy perdés el 70% de las plantas”, mientras que “si la agarra en hoja unifoliada o primera hoja verdadera o por ahí, perdés el 50% de las plantas”.

Por su parte, Juan Lus, experto en forrajes, manifestó “en planta adulta, estos fríos en un alfalfa grupo 9 dentro de la región pampeana, no tenés mayores problemas más una quemazón temporal que la puede retrasar pero no mucho más. Una excepción a esto en la zona de Justo Darac, San Luis, Villa Mercedes, Villa Valeria, etc. En toda esa región de ahí que es mucho más fría que el resto de la región pampeana porque es muy mediterránea, el grupo de latencia si te determina una diferencia».

«En esa zona mencionada, el frío en las “sin latencia” puede determinar la persistencia. Ahí tenés que recurrir a grupos de latencia intermedia. En el resto de la región pampeana, la elección del grupo de latencia no debería ser por tolerancia a frío sino por el manejo que puede o quiere dársele. Estos fríos a una planta ya establecida, o sea, desde el año pasado, te puede doblar un poco los brotes”.

Agregó además que “si tenes una alfalfa grupo 9 no te la va a matar una helada, pero la consecutividad de eso te hará llegar con menos plantas al tercer año en esa zona mencionada. En el resto de la región pampeana, está claro por los datos de la RED Avances en Alfalfa del INTA, que la persistencia de las 8-9-10 es igual o incluso un poco mayor que las 6-7.

Algunos puntos a tener en cuenta es que la alfalfa tiene una característica genética llamada «reposo invernal» que le permite entrar en un estado latente durante el frío y las heladas.

En este estado, acumula reservas de carbohidratos en la raíz y la corona para rebrotar en primavera. Las variedades con mayor grado de reposo invernal son más tolerantes a las bajas temperaturas.

Las siembras de otoño suelen desarrollar un mejor sistema radicular antes de las heladas, lo que les da una ventaja.

Como manifestó la fuente consultada, la parte aérea de la alfalfa puede sufrir daños o morir cuando las temperaturas caen por debajo de los -2°C a -3°C. Sin embargo, las coronas y raíces, que están «endurecidas» al frío, no suelen sufrir daños hasta que las temperaturas bajan de los -17°C.

Tipos de heladas:

Leves (entre 1°C y -3°C): Pueden causar daños superficiales en las hojas, como bordes ennegrecidos o algunas hojas completamente dañadas. Generalmente, los puntos de crecimiento (yemas) no se ven afectados y la planta se recuperará sin una pérdida significativa de rendimiento.

Moderadas (-3°C a -4°C): Pueden provocar daños más significativos en los puntos de crecimiento superiores, aunque los tallos inferiores y las yemas axilares y de la corona suelen rebrotar.

Severas (por debajo de -4°C por varias horas): Pueden causar daños graves o la muerte de la planta, especialmente si la alfalfa no ha desarrollado su resistencia al frío.

También hay otros factores que tienen su influencia en el desarrollo de la alfalfa como puede ser una cubierta de nieve, lo que es un aislante natural.  Una capa de nieve de unos 15 cm puede proteger a la alfalfa de temperaturas del aire de hasta -29°C.

Mientras que las fluctuaciones de temperatura (congelación y descongelación) pueden empujar las coronas y raíces de la alfalfa fuera del suelo. Esto expone las raíces y coronas al aire, pudiendo deshidratarlas o dañarlas por el frío directo, e incluso ser cortadas durante la cosecha.

En tanto que, si la alfalfa queda cubierta por una capa de hielo durante una semana o más, puede morir por asfixia debido a la acumulación de subproductos metabólicos (CO2, etanol). Además, el hielo tiene poco valor aislante.

Pero además, si a eso le sumamos otro factor como el viento puede aparecer otro problema. Es que aumenta la evaporación de las superficies de las hojas y puede contribuir al daño por frío.

Cabe destacar que existen variedades de alfalfa mejoradas genéticamente con mayor resistencia a las heladas, lo que permite su cultivo en regiones con inviernos más fríos.

¿Cuales son los signos que nos demuestran daño por efecto de la helada?

– Bordes de las hojas ennegrecidos.

– Hojas completamente dañadas.

– Retorcimiento de los tallos cerca de la parte superior del dosel.

– Coloración negruzca en la vegetación (en el caso de heladas negras).