Luego de varios años de investigación, los especialistas del INTA Manfredi, Córdoba, demostraron que las segadoras acondicionadas, a diferencia de las cortadoras a hélice, cortan la alfalfa de un modo prolijo y preciso que disminuye las pérdidas por deshilachado de los tallos, permite el rebrote y aumenta un 8 % su productividad.
De acuerdo con Gastón Urrets Zavalía –especialista en forrajes conservados–, “los beneficios comprobables que aporta el corte bien realizado de la alfalfa permite amortizar rápidamente el costo de las maquinarias implementadas”.
En este sentido, aseguró que la segadora con acondicionador, a diferencia de una cortadora tipo hélice, realiza un corte prolijo con mínimo deshilachado de los tallos, que favorece el rebrote y la producción de forrajes a lo largo del año con un incremento del 8 % de la productividad de la pastura de alfalfa. “Esto permite lograr un volumen extra anual de 852 kilogramos de materia seca por hectárea”, puntualizó Urrets Zavalía.
Por su parte, Federico Sánchez investigador de esa misma unidad del INTA, fue más allá y detalló que “la segadora logra un corte preciso con mínimas pérdidas por repicado, lo que disminuye en un 62 % los trozos de tallos y hojas sueltas menores a seis centímetros que quedan tiradas en el lote y no son recolectadas por la rotoenfardadora o megaenfardadora”.
Ahora bien, si se comparan ambas máquinas Sánchez detalló que “a lo largo de cinco cortes, el sistema con hélice perdió 1.487 kilogramos de materia seca por hectárea, mientras que la segadora sólo dejó en el piso 568″.
A estos beneficios, Urrets Zavalía agregó que, producto del diseño, la segadora posee una bandeja de corte de bajo perfil que permite generar un flujo de forraje que posibilita el uso de acondicionadores.
Así, mediante el quebrado y aplastado de los tallos, estos rodillos generan vías de escape al agua contenida en ellos. “Esto disminuye el tiempo transcurrido desde el corte hasta que la humedad alcanza el 50 %, momento en que la planta continúa respirando y consumiendo azúcares que afectan la calidad final del forraje”, explicó.
Adopción de tecnología
El ensayo del INTA demuestra que con la segadora acondicionadora quedan disponibles para henificar unos 11.780 kilos de materia seca por hectárea por año con una energía metabolizable (EM) de 2,6 megacalorías por kilo de materia seca. Mientras, con la hélice quedan disponibles 10.008 con una EM de 2,4 megacalorias.
Es decir, al utilizar una segadora se obtiene una diferencia productiva de 5.263 Mcal/ha/año adicionales para producción, que se puede reflejar en 283 kg de carne extra anual o, en el caso de los tambos, puede alcanzar un plus de 1.425 litros de leche por hectárea por año.
“Este dato indica que la falta de adopción de segadoras con acondicionador respecto a las hélices, acusa un problema financiero y no económico, dado que la diferencia de precio entre ambas máquinas se amortiza en un muy corto lapso de tiempo”, concluyeron los especialistas.