La mirada italiana sobre el mercado de la alfalfa argentina: potencial y competencia 

Davis Carli, del Grupo Carli, una empresa familiar italiana que produce alfalfa deshidratada, heno y paja desde la década de 1960, dialogó con TodoAlfalfa. Desde Emilia-Romaña producen aproximadamente 400 mil Tn por año a través de fincas propias, alquiladas y compras a productores locales.

Desde el corazón de la industria alfalfera italiana, la visión de Devis Carli del Grupo Carli resuena con una mezcla de pragmatismo y asombro. En una radiografía del sector compartida en el Cuarto Congreso Mundial de Alfalfa, el empresario desglosa no solo el éxito de un gigante familiar, sino también la perplejidad europea ante el «enorme potencial» y la «extraña» política de un competidor clave: Argentina.

Para comprender la dinámica del mercado global de la alfalfa, es fundamental analizar el funcionamiento de sus actores. El Grupo Carli, de Italia, representa un caso de estudio paradigmático, no solo por su impresionante volumen de producción, sino también por su estructura como una empresa familiar que ha prosperado desde los años 60, adaptándose a las exigencias de un mercado en constante cambio.

La escala y estructura del Grupo se pueden resumir en los siguientes puntos clave:

• Origen: Una empresa familiar fundada en la década de 1960 por el abuelo de Devis Carli y sus hermanos, una estructura «muy típica para Italia».

• Ubicación: Cuentan con cinco plantas de producción en total, cuatro de ellas en la estratégica región de Emilia Romaña y una adicional cerca de Roma.

• Volumen de producción: Procesan aproximadamente 400.000 toneladas anuales de alfalfa deshidratada, heno y paja.

• Modelo de abastecimiento: Su estrategia se basa en una combinación diversificada que incluye fincas propias (2.000 hectáreas), tierras alquiladas (10.000 hectáreas) y la compra directa de materia prima a productores locales.

La estrategia comercial de la compañía demuestra una notable flexibilidad para equilibrar el mercado interno y la exportación. Según Carli, las ventas al exterior fluctúan «dependiendo de los años desde un 40% hasta un 60%» de su producción total. 

Este año, por ejemplo, han aumentado sus ventas dentro de Italia, una decisión motivada por factores del mercado local como un «precio de la leche» que está «bastante alto» y una menor disponibilidad de alfalfa en el país.

Este pragmatismo es la brújula que guía al Grupo Carli no solo en su mercado doméstico, sino también en las complejas aguas del comercio internacional.

Comprender la demanda específica de los mercados internacionales es un pilar estratégico para cualquier empresa con vocación exportadora. La experiencia del Grupo ilustra cómo identificar y satisfacer las preferencias de los compradores globales es clave para una comercialización exitosa.

Desde la perspectiva de Carli, aunque el mercado demanda «un poco de todo» y el secreto está en «encontrar el buen comprador y que pague bien», existe una tendencia global clara. 

«Creo que en general el mundo quisiera más fardos», explica, especificando una preferencia creciente por los «fardos de una dimensión mediana, unos, no sé, unos 400 kg».

Frente a esta demanda, la compañía ha optado por un enfoque de exportación altamente diversificado, evitando la dependencia de un único destino. En lugar de concentrarse en un país principal, exportan «un poco en todas las partes del mundo», abarcando regiones tan variadas como Europa del norte, Asia, los países árabes y «un poquito de África».

Pero para el Grupo Carli, el éxito en un mercado atomizado no se construye solo con fardos de 400 kg, sino con una filosofía de cooperación que, según Carli, es el verdadero motor del músculo exportador europeo.

El modelo asociativo europeo

Al ser consultado sobre las diferencias entre el modelo asociativo europeo y el argentino, Devis Carli ofrece una respuesta honesta que da contexto a su visión: «Bueno, no estoy consciente de la situación asociativa en Argentina, así que no puedo hacer una comparación.». 

A partir de allí, expone el modelo que conoce de primera mano, un claro ejemplo de cómo la colaboración trasciende la competencia para generar un beneficio común.

Carli detalla un caso concreto que ilustra esta filosofía: una alianza estratégica entre la asociación de productores italianos y la «Asociación Española». Utilizando «un fondo de la Unión Europea», ambas organizaciones nacionales han unido fuerzas para un fin común.

El objetivo principal de esta colaboración es «hacer conocer el producto de Europa en Asia». 

Esta iniciativa conjunta demuestra una mentalidad que valora la cooperación por encima de la rivalidad regional. Carli subraya este espíritu al afirmar que «las asociaciones trabajan también juntas, es algo muy lindo».

Esta perspectiva colaborativa, tan arraigada en Europa, es el lente a través del cual observan a otros actores globales, incluyendo a un competidor y potencial socio como Argentina.

Argentina bajo el microscopio italiano: Potencial, política y pasión

La visión de un referente europeo como Devis Carli sobre Argentina ofrece una mirada sincera y multifacética, que abarca desde un análisis pragmático de su sector alfalfero hasta percepciones políticas y culturales profundamente arraigadas.

Sobre el sector de la alfalfa argentino, Carli expresa una dualidad de sentimientos compartida en el sector europeo. Por un lado, reconocen un «enorme potencial» en el país, pero esto viene acompañado de «un poquito de miedo», ya que, como admite, «claro, estamos en el mismo sector, así que un poco de competencia».

La mirada política

Al ser consultado sobre la actualidad política, su percepción sobre el presidente Javier Milei refleja la perplejidad de un observador externo. Lo describe como «un personaje un poco difícil de comprender», que desde fuera parece «un poco machista» y «bastante raro». Carli traza un paralelismo al calificarlo como «un poco Trump del sur», aunque matiza su análisis reconociendo que puede comprender el cansancio de la población argentina con «todo lo mismo». Sin embargo, no oculta su postura personal: «personalmente puede ser que no lo adoro».

Este extrañamiento político contrasta fuertemente con los profundos lazos culturales que unen a ambos países. Carli destaca que la llegada del Papa Francisco fue recibida de manera excepcional en Italia: «la gente lo tomó muy muy muy bien». Explica que los italianos «tienen los argentinos en el corazón» por múltiples razones, incluyendo la «inmigración histórica y también de fútbol». 

Y al hablar de pasión, la figura de Diego Maradona emerge como el símbolo máximo de esta conexión. «Si vas en Nápoles es un dios. Es comparado a Jesús, yo creo.»

Finalmente, Devis Carli cierra su análisis con un mensaje que resume el afecto y el optimismo que, a pesar de las complejidades, sigue sintiendo por el país.

Viva Argentina. Viva la Alfalfa.