Oportunidades para la exportación de alfalfa Argentina a Medio Oriente

Gabriel Osatinsky, Vicepresidente de CARAE, presentó su propuesta de “valor argentina” en el marco de la diplomatura en alfalfas de calidad. Planteó que la brecha entre capacidad productiva y presencia exportadora debe ser el punto de partida para un crecimiento sin precedentes.

La posición de Argentina en el mercado global de la alfalfa presenta una notable paradoja estratégica. A pesar de ser uno de los principales productores mundiales, con un volumen anual que supera los 55 millones de toneladas de alta calidad, su participación en el comercio internacional es mínima, con apenas 147.000 toneladas exportadas en la temporada 2024/2025. 

“Esta brecha entre la capacidad productiva y la presencia exportadora no es una debilidad, sino el punto de partida de una oportunidad de crecimiento sin precedentes, anclada en ventajas competitivas claras y una demanda global en expansión”, aseguró Gabriel Osatinsky, vicepresidente de CARAE (Cámara Argentina de Comercio, Industria, Servicios y Transferencia de Tecnología para Emiratos Árabes Unidos).

Las fortalezas de Argentina para capitalizar esta oportunidad se sustentan en tres pilares fundamentales:

• Amplia Disponibilidad: El país cuenta con extensas superficies de tierras aptas y condiciones climáticas ideales para el cultivo de alfalfa en múltiples provincias, lo que garantiza una base productiva robusta y escalable.

• Calidad Superior: La producción forrajera nacional cumple con los estándares internacionales más exigentes, ofreciendo un producto de alta calidad que responde a las necesidades de mercados sofisticados como la lechería intensiva, la ganadería de alto rendimiento y la alimentación equina de élite.

• Producción Contraestacional: La cosecha en el hemisferio sur representa una ventaja estratégica decisiva. Permite a Argentina abastecer a los mercados del hemisferio norte durante sus períodos de baja producción, posicionándose como un proveedor confiable y complementario durante todo el año.

Esta sólida capacidad productiva y cualitativa se alinea perfectamente con una demanda global creciente, especialmente en regiones que buscan asegurar su cadena de suministro forrajero.

La región de Medio Oriente representa una oportunidad única y estructural para la alfalfa argentina. La creciente restricción hídrica en los países del Golfo ha elevado la seguridad alimentaria a una prioridad nacional, impulsando una estrategia deliberada para externalizar la producción de forraje a través de la importación masiva y contratos a largo plazo. Este cambio de paradigma no es coyuntural, sino una política de Estado que garantiza una demanda sostenida.

En este escenario, Argentina se posiciona como un proveedor complementario estratégico, capaz de trabajar junto a exportadores consolidados como Estados Unidos, España, Egipto y Sudán para satisfacer las necesidades de la región. 

Lejos de ser un actor nuevo, el país ya ha establecido un historial de éxito y credibilidad. La base técnica se sentó en 2018 con el Protocolo de Producción y Calidad desarrollado por el INTA Manfredi, y ese mismo año se materializó el primer contrato con Jenaan (EAU), avalado por el gigante logístico DP World.

Desde entonces, se han consolidado asociaciones estratégicas con los principales compradores, incluyendo a Al Dahra y Elite Agro en EAU, y a SALIC y Almarai en Arabia Saudita, demostrando que Argentina es un socio comercial probado y confiable.

El éxito en el mercado de Medio Oriente no depende únicamente de la calidad del producto, sino del dominio riguroso de los estándares técnicos, la eficiencia de la cadena logística y el cumplimiento estricto del marco normativo. Esta sección detalla la hoja de ruta operativa para los exportadores argentinos.

La alfalfa debe ser procesada y empaquetada en formatos específicos para optimizar su transporte y satisfacer las necesidades del cliente final:

La confianza comercial se construye sobre el cumplimiento de un estricto marco fitosanitario y regulatorio. Los cinco pilares son:

1. Certificación SENASA: Es obligatorio obtener un certificado fitosanitario emitido por el SENASA para cada embarque de exportación.

2. Registro del Establecimiento: Tanto el productor como la planta exportadora deben estar debidamente inscritos en el sistema oficial.

3. Protocolos Bilaterales: Es imperativo cumplir con los acuerdos y requisitos específicos firmados con los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

4. Control de Calidad: Se exige un control exhaustivo de plagas y el cumplimiento de límites de residuos de fosfina y humedad máxima.

5. Trazabilidad Total: Debe garantizarse el seguimiento completo del producto, desde el campo de origen hasta su destino final.

A pesar de contar con una hoja de ruta clara, el sector aún enfrenta desafíos internos que deben superarse para escalar la operación y alcanzar su máximo potencial.

Los desafíos que enfrenta el sector exportador de alfalfa no deben ser vistos como barreras insuperables, sino como áreas de enfoque prioritario cuya resolución desbloqueará un crecimiento exponencial. La clave reside en transformar las limitaciones actuales en oportunidades estratégicas a través de la inversión y la articulación.

Desafíos Actuales

Oportunidades Estratégicas

• Infraestructura Limitada: Falta de plantas de compactación en las zonas de origen productivo, lo que aumenta costos y complejiza la logística.

• Riego Eficiente: Es la clave para estabilizar la producción, garantizar el volumen comprometido y asegurar la continuidad contractual para una exportación sostenida.

• Esquema Productivo: La dependencia de la producción a campo sin riego genera variabilidad en la oferta.

• Articulación Público-Privada: Base fundamental para la expansión del sector. Esta colaboración es el vehículo para implementar optimizaciones logísticas clave, como el uso de semirremolques de 30-32 toneladas, que pueden generar una reducción del 50% en el costo del transporte terrestre.

• Integración de Cadena: Falta de articulación completa y coordinada entre productores, plantas de procesamiento y operadores logísticos.

La entidad que trabaja activamente para superar estos desafíos y capitalizar estas oportunidades es la Cámara Argentina de Comercio para Emiratos Árabes Unidos (CARAE).

La Cámara Argentina de Comercio para Emiratos Árabes Unidos (CARAE) funciona como un puente comercial fundamental, cuya misión es transformar el potencial individual de los productores y las provincias en una fuerza exportadora cohesionada, con llegada institucional y reconocimiento en Medio Oriente. Su rol es indispensable para navegar la complejidad del mercado y construir relaciones de confianza a largo plazo.

Las funciones clave que desempeña CARAE incluyen:

• Promoción Exportadora: Facilita activamente las exportaciones argentinas hacia Medio Oriente, aprovechando sus vínculos institucionales directos con las siete Cámaras de Comercio de los Emiratos Árabes Unidos.

• Eventos Internacionales: Organiza eventos de alto impacto como el «Argentina Day» en Ras Al Khaimah y coordina la participación argentina en ferias estratégicas de alcance global, como Gulfood, ADIPEC y la próxima Saudi Agriculture 2026.

• Asistencia Técnica: Brinda acompañamiento y asesoramiento a productores y gobiernos provinciales, incluyendo a actores clave en Santiago del Estero, La Pampa, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos y Mendoza.