Con el objetivo de lograr más y mejores pasturas implantadas, productores apuestan a esta producción para brindar respuestas a la demanda que, principalmente en la zona oeste de Buenos Aires existe a raíz de la producción lechera y ganadera.
Las precipitaciones que se registraron en las últimas campañas, que estuvieron mal distribuidas, marcaron no solo la distribución del área de siembra de los distintos cultivos agrícolas, sino además la conformación de la cadena forrajera, sea con verdeos de invierno y/o verano.
También dejaron su huella en el ritmo de la implantación de pasturas perennes, fundamentales para la producción ganadera y los tambos que aún resisten en la zona, además, con el aporte de estabilidad a los sistemas productivos, esa área venía decayendo, este ciclo se ha recuperado.
¿Será una tendencia a nivel provincial y nacional? (ver gráfico 1).
En base a datos oficiales, obtenidos a través de la Secretaría de Agricultura de la Nación (estimaciones agrícolas), la siembra de las forrajeras templadas (para el distrito de Carlos Tejedor) en los últimos 5 años se mantiene en 27.258 has, la actual campaña se proyecta esperanzadora con una mejora del 30% (y en la mitad de la campaña). De todas maneras, muy baja para querer ser eficientes en ganadería.

Esto no solo es bueno para el productor, ya que permite reacomodar lotes que sufrieron mucho por la sequía 2022/23, sino para mejorar su cadena forrajera y mitigar adversidades climáticas, minimizar costos en el animal logrado. Evitando de esa forma basarse en verdeos anuales que son necesarios, muchas veces, pero de un costo muy elevado por el tiempo que duran.

Además, cabe destaca que la siembra de forrajeras es una actividad donde participan muchos prestadores de servicios (aplicador, siembra, y otras labores), profesionales que asesoran, empresas de insumos (semillas, fitosanitarios y fertilizantes), venta de combustible, repuestos, entre otros.
El productor necesita para esto previsibilidad, y buenas políticas agropecuarias a largo plazo. Un lote de forrajera se realiza con la idea de que dure 4 o 5 años en la mayoría de los casos, es necesario una alta inversión inicial, financiación que prácticamente no existe, y un contexto económico general que ayude. Es fundamental para el sector ganadero (en su conjunto) lograr más y mejores pasturas implantadas.
Escribe Dante Garciandía – Comerciante y productor de Carlos Tejedor.