En Francia, expusieron el “valor oculto de la alfalfa”

Clara Poëntis, integrante de la Asociación Nacional de Alfalfa en Francia y del Comité Científico, estuvo a cargo de brindar una de las conferencias en la primera sesión. Allí le dejó al público presente una pregunta resonando: ¿sembrar alfalfa es un sacrificio o una estrategia?

Para muchos agricultores de zonas cerealistas, la alfalfa representa una paradoja. Si bien sus beneficios agronómicos son de sobra conocidos, su rentabilidad directa a menudo palidece en comparación con cultivos de alto margen como la remolacha o la colza. 

La primera sesión del Congreso Mundial de Alfalfa trató el mercado de la alfalfa en la alimentación animal, y en ese marco, Clara Poëntis, que conformaba el Comité Científico e integra la Asociación Nacional de Alfalfa en Francia, ofreció una respuesta definitiva y respaldada por datos contundentes, resolviendo este dilema a la pregunta que retumbo en el auditorio: ¿sembrar alfalfa es un sacrificio o una estrategia? 

El estudio revela cómo los «superpoderes» de esta leguminosa generan un valor sistémico que transforma la economía global de las fincas agrícolas. Para validar beneficios que a menudo se consideran meramente cualitativos, es crucial un enfoque basado en datos a gran escala. El estudio presentado buscaba precisamente cuantificar el efecto real de la alfalfa en la economía.

Los pilares del análisis fueron los siguientes:

  • Periodo y alcance: Se analizaron los datos de aproximadamente 660 explotaciones durante un periodo de 6 años, desde 2018 hasta 2023.
  • Enfoque comparativo: El diseño del estudio se basó en comparar explotaciones cerealistas que cultivan alfalfa con aquellas que no lo hacen. Para un análisis más detallado, las fincas con alfalfa se dividieron en cuatro grupos según el porcentaje que ésta ocupaba en su rotación de cultivos.
  • Criterios de inclusión: Para garantizar la comparabilidad de los datos, se seleccionaron explotaciones cerealistas típicas, con una superficie media de 166 hectáreas, y se excluyeron aquellas con cultivos especializados de alto valor (como la patata) que pudieran distorsionar los resultados.
  • Validación de grupos: Se verificó rigurosamente que los grupos de estudio fueran comparables. A nivel de rotación de cultivos, todos presentaban una estructura similar dominada por cereales, seguidos de remolacha azucarera, colza y guisantes. Geográficamente, se confirmó que las explotaciones de cada grupo no estaban concentradas en zonas distintas, asegurando que las diferencias observadas no se debieran a factores locales.

Esta sólida metodología permitió ir más allá de las suposiciones y descubrir resultados económicos sorprendentes y estadísticamente significativos.

Las explotaciones con alfalfa son sistemáticamente más rentables y menos endeudadas

Los datos económicos del estudio muestran una ventaja clara y estadísticamente significativa para los agricultores que integran la alfalfa en sus rotaciones. Lejos de ser un cultivo de menor rentabilidad, su presencia actúa como un catalizador que mejora la salud financiera global de la explotación.

Los principales hallazgos económicos se pueden resumir en tres puntos clave:

  1. Excedente bruto de explotación (EBE) superior: Las explotaciones con alfalfa obtienen un EBE igual o, en la mayoría de los casos, significativamente superior. El análisis muestra un incremento de entre un +23% y un +62% en comparación con las explotaciones que no incluyen este cultivo en su rotación.
  2. Resultado de explotación sistemáticamente mayor: Al analizar el resultado de explotación, un indicador más refinado que el EBE, todos los grupos con alfalfa superan de manera significativa al grupo sin alfalfa. No hay excepciones: la presencia de este cultivo se traduce en una mayor rentabilidad final.
  3. Menor nivel de endeudamiento: El estudio revela un factor crucial que explica en parte la mejora en el resultado de explotación: las fincas con alfalfa están significativamente menos endeudadas. Este hallazgo sugiere una mayor resiliencia y una gestión financiera más sólida.

Estos resultados económicos son contundentes, pero ¿cuál es el mecanismo agronómico que impulsa esta notable diferencia financiera? La respuesta se encuentra en el efecto sistémico de la alfalfa sobre el resto de los cultivos.

La mayor rentabilidad de las explotaciones con alfalfa no proviene del margen del cultivo de forma aislada, sino de su impacto positivo y profundo en todo el sistema de producción. El estudio demuestra que el beneficio va mucho más allá del conocido efecto positivo sobre el cultivo inmediatamente posterior en la rotación. 

El hallazgo central es que la presencia de alfalfa eleva el rendimiento de todas las culturas en la rotación, independientemente de su posición en el ciclo.

Este efecto sistémico se traduce en mejoras de producción concretas y medibles. Para ilustrarlo, el estudio destaca un ejemplo claro: el rendimiento de la remolacha azucarera aumenta en 5 toneladas por hectárea en las explotaciones que incluyen alfalfa en su rotación. Este incremento se observa de manera consistente en el resto de los cultivos, demostrando que la alfalfa actúa como un verdadero motor de productividad para toda la finca.

Este beneficio de rendimiento, extendido a lo largo de toda la rotación, puede ser traducido en un valor monetario específico, cuantificando así el verdadero aporte económico de la alfalfa.

El cálculo del margen adicional de 711 €/ha

Asignar un valor económico concreto a los beneficios agronómicos de la alfalfa es fundamental para que los productores puedan tomar decisiones estratégicas informadas. El estudio realiza este ejercicio para valorar los «superpoderes» de la planta, traduciendo el aumento de rendimiento sistémico y las variaciones de costes en una cifra final. Utilizando como ejemplo una explotación de 100 hectáreas, el cálculo desglosa el margen adicional que cada hectárea de alfalfa aporta al conjunto de la explotación.

Componente del CálculoValor Atribuido por Hectárea de AlfalfaDescripción
Ganancia de Producción+813 €/haEste valor representa el aumento de rendimiento monetizado de todos los demás cultivos de la rotación, atribuido a la presencia de la alfalfa.
Variación de Costes+103 €/haRefleja un ligero aumento neto de los costes operativos a nivel de toda la explotación (+10 €/ha de media). Al atribuir este coste total (€10 x 100 ha = €1000) a las 10 hectáreas de alfalfa que lo generan, el impacto por hectárea de alfalfa es de +103 €/ha. Aunque bajan los costes en fitosanitarios y mecanización, aumentan los de fertilización (fósforo y potasio) y semillas, resultando en este pequeño incremento global.
Margen Adicional Neto+711 €/haEs el resultado final, obtenido al restar el aumento de costes de la ganancia de producción. Representa el beneficio económico neto que la alfalfa aporta al sistema.

Esta cifra final de 711 € por hectárea no es el margen del cultivo en sí, sino la cuantificación del valor sistémico que una hectárea de alfalfa genera para el resto de la explotación, un dato que redefine por completo su papel estratégico.

Concluyó Clara que, la alfalfa no debe ser vista como una simple alternativa, sino como «un activo principal para permitir el rendimiento y la resiliencia de las explotaciones», un pilar no solo para la agricultura de la región de Champagne, sino también para sistemas agrícolas en otros lugares que busquen ser más productivos y sostenibles.