“La Alfalfa tiene un horizonte con una potencialidad nunca vista”

El ingeniero Agrónomo y asesor privado, docente de la Diplomatura de Alfalfas de calidad y disertante de ExpoAlfa Córdoba, habló con TodoAlfalfa previo a su presentación en el Congreso Argentino de Forrajes.

El Congreso Argentino de Forrajes, organizado por la Cámara de Contratistas Forrajeros, tuvo intensos días con charlas de nivel relacionados al forraje, los silos, el pasto y mucho más. 

En ese marco, un periodista de TodoAlfalfa estuvo presente y dialogó con Juan Lus, uno de los disertantes del evento pero también asesor privado, integrante del podcast Dos Por el Pasto, disertante en la Diplomatura de Alfalfas de Calidad y también dirá presente como disertante en ExpoAlfa Córdoba (15 de octubre en Pozo del Molle).

En la charla que mantuvimos previo a su presentación, indicó que “en los últimos 7 u 8 años, ha habido cambios ambientales drásticos que están afectando el rendimiento de nuestros cultivos, especialmente en el caso de la alfalfa”. 

Aclara que pese a haber aumentado el potencial genético de esta planta, “observamos que ese aumento no se traduce en una mejora similar en la productividad real”. ¿Por qué sucede esto? Hay un escalón cada vez mayor entre el potencial genético y lo que realmente logramos en el campo.

Uno de los factores que siempre resalta es el pH del suelo. Este parece estar convirtiéndose en uno de los principales problemas para los cultivos en la región pampeana. “Según datos recientes, muchos de nuestros suelos tienen un pH que ha ido disminuyendo considerablemente en los últimos años”. 

Sumó que “hoy, una gran parte de la región presenta pH por debajo de 6, lo que impide que los nódulos de las raíces de la alfalfa se desarrollen y fijen el nitrógeno necesario. Esto significa que, en lugar de nutrirse bien, estas plantas están deficientes de uno de los nutrientes más críticos que necesitan”.

Por lo que nos sugirió imaginar el impacto “si tenemos un cultivo de alfalfa que debería ser robusto y productivo, pero, por la acidez del suelo, no puede fijar nitrógeno, entonces estamos subestimando seriamente sus requerimientos nutricionales. Esto también tiene consecuencias en otros nutrientes como el calcio y el magnesio, que son vitales para la salud del cultivo. La falta de estos elementos no solo afecta la planta, sino que también desestabiliza el suelo, haciéndolo más propenso a la compactación”.

Con la compactación, se limita la capacidad de los suelos para retener agua, otro elemento esencial para el crecimiento de la alfalfa. Así, en un ciclo vicioso, el aumento de la carga sobre el terreno –ya sea por el uso de ganado más pesado o máquinas más grandes– acentúa el problema, generando condiciones desfavorables para nuestra producción.

Juan Lus, ingeniero agrónomo y asesor, disertando en el Congreso Argentino de Forrajes (Foto: TodoAlfalfa)

¿Cuál es la primera acción que deberíamos tomar para encarar esta situación? 

“Mi sugerencia es simple pero esencial: empezar preguntándonos si nuestros lotes están bien atendidos. No podemos seguir pensando que la alfalfa se desarrolla sola. Necesitamos asegurarnos de que el suelo tenga una buena provisión de nutrientes y que el pH esté en el rango adecuado”. 

Se lamentó que “muchos productores y técnicos ignoran la importancia de realizar análisis de suelo. Cuando finalmente se hacen, muchas veces nos encontramos con resultados preocupantes, mostrando que la mayoría de los suelos en la región presentan un problema serio de acidez”.

Sin embargo, esto no es solo un tema que debe preocupar a la alfalfa, sino que es un desafío más amplio para toda la pastura. “En particular, las leguminosas son muy sensibles a la acidez del suelo”. Si consideramos que el descenso del pH limita entre un 50 y un 60% el potencial genético de los cultivos, es como comprar un coche de alta gama y descubrir que no puede circular por el camino

Lo que viene…

Para Lus, sus “veinticinco años en este negocio me dan una perspectiva clara: nunca he visto un panorama tan prometedor para los cultivos forrajeros, y especialmente para la alfalfa. Si no aprovechamos este momento, realmente estaremos perdiendo una gran oportunidad”. 

Hoy “la lechería y la ganadería de carne están tirando fuerte”, lo mismo sucede con “el escenario de requerimiento de heno a nivel mundial y local que es fuertísimo”, por lo que tenemos “las condiciones ambientales y materiales genéticos necesarias para hacerlo. Solo necesitamos encontrar la manera de capturar ese potencial genético y convertirlo en forraje valioso. Debemos asegurarnos de que los cultivos se desarrollen adecuadamente y se establezcan en las condiciones correctas”, concluyó.