Premian una alfalfa con mayor productividad y tolerancia a la sequía

Se trata de un desarrollo de la investigadora Gabriel Soto que aporta un alto impacto e interés agronómico. El trabajo, realizado en vinculación con el INTA Manfredi, fue reconocido por la fundación Bunge y Born.

Gabriela Soto es bióloga y Dra. en ciencias biológicas de la UBA, y fue reconocida por la fundación Bunge y Born con uno de sus Premios Científicos 2023 a raíz de una investigación dedicada a la agrobiotecnología.

El reconocimiento fue “Premio Estímulo 2023” por su investigación, desarrollo e innovación en genes de interés agronómico, centrándose en la alfalfa. La especialista explicó que trabajaron en un mejoramiento molecular de la alfalfa enfocándonos en diferentes características.

En diálogo con Puntal Rio Cuarto explicó: “nuestro trabajo es en colaboración con el programa de mejoramiento de Inta, en la sede Inta Manfredi (Córdoba). Pero además con una red de productores que evalúan la alfalfa que está distribuida en todo el país y nos cuentan la realidad, qué es lo que necesitan, qué es lo que les interesa a los semilleros, y nosotros tratamos de ir mejorando, utilizando técnicas biotecnológicas, con el fin de que tenga un impacto en la realidad. Córdoba es realmente una de las regiones más importantes para la producción de alfalfa, por eso nuestro mayor intercambio es allí”.

Sobre lo premiado por la fundación dijo: “implica la generación de cultivos biotecnológicos en alfalfa a partir de nuevas tecnologías de visión génica, que implican modificaciones muy precisas en el genoma, hacia alguna característica que permite hacer una modificación en la alfalfa, y que la misma no sea transgénica. El premio está otorgado principalmente por ese logro”.

En cuanto a la mejora en la semilla, remarcó que además de generar mayor tolerancia a la sequía, también se trabajo para aumentar la productividad; mientras que también desarrollan mejoras genéticas en la tolerancia al timpanismo que es cuando las vacas se hinchan mucho (por retención de gases) y terminan muriendo.

“Además estamos avanzando con tolerancia a salinidad, con variedades que puedan tolerar los cambios abruptos de temperaturas, de niveles de agua disponibles, para minimizar el daño que está teniendo el cambio climático en la producción”, agregó.