La alfalfa tiene su Congreso y debate su futuro

En Reims, se desarrolla el evento que congrega a los integrantes de la cadena en el mundo. Más de 600 personas serán parte de esta propuesta que tratará diversos puntos. En la previa, dialogamos con dos referentes del INTA Manfredi.

El Congreso Mundial de Alfalfa, celebrado en Reims, Francia, se transformó en el epicentro de un debate fundamental para el futuro de la alfalfa. Un equipo de TodoAlfalfa dice presente para llevar todas las alternativas que se expondrán a lo largo de cuatro jornadas y que contará con más de 600 participantes.

Con la presencia de expertos de los cinco continentes, las discusiones en curso no solo presentan los últimos avances, sino que sientan las bases para la producción y adaptabilidad de la alfalfa en un escenario mundial cada vez más desafiante.

Delegaciones destacadas conformadas por referentes de Argentina, China, Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia, España e Italia

Esta masiva representación internacional no es casual; es el requisito indispensable para impulsar una agenda diseñada para romper las barreras que hoy frenan el potencial del cultivo.

El ingeniero agrónomo Ariel Odorizzi, referente del INTA Manfredi, es miembro del comité cientifico del Congreso y en la previa dialogó con TodoAlflafa. Explicó que “las sesiones han sido organizadas en torno a los «límites» que la alfalfa debe superar, un enfoque que demuestra una clara orientación hacia el futuro y la búsqueda de soluciones concretas para llevar al cultivo a su máximo potencial”.

La agenda busca maximizar la producción, mejorar la eficiencia en el uso de recursos y, fundamentalmente, potenciar los beneficios integrales que la alfalfa aporta a los sistemas agrícolas. Estas ventajas, clave para la sostenibilidad de los agroecosistemas modernos, van mucho más allá de su valor como forraje.

Beneficios Integrales de la Alfalfa

• Aporte a la biodiversidad

• Manejo de nutrientes en el suelo

• Rol clave en la rotación de cultivos

Este enfoque holístico sienta las bases para abordar el desafío más apremiante que enfrenta la agricultura global: el cambio climático.

La sesión dedicada al cambio climático estará co-presidida por Odorizzi y su par estadounidense, Charlie Brummer. La organización de este panel subraya la centralidad que la sostenibilidad tiene en la agenda del congreso, reuniendo a voces autorizadas para debatir sobre el futuro del cultivo en un planeta en transformación.

El debate se articulará en torno a dos preguntas cruciales que definirán las estrategias de adaptación y mitigación en los próximos años:

• El rol de la alfalfa en las emisiones: Se investigará su papel en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), analizando tanto su potencial para emitir como su capacidad para contribuir a la reducción de dichas emisiones en los sistemas agrícolas.

• El impacto del clima en el cultivo: Se abordarán las consecuencias directas del cambio climático sobre la producción, incluyendo el corrimiento de las fronteras agrícolas y la aparición de nuevas plagas y enfermedades provocadas por cambios en las temperaturas y los regímenes de precipitaciones.

El panel de discusión promete ser especialmente «rico», ya que su composición asegura una perspectiva integral y práctica. Al incluir a productores, representantes de la industria y asesores de diversas partes del mundo, el debate trascenderá lo académico para enfocarse en soluciones aplicables. De estas discusiones depende, en gran medida, la resiliencia futura del cultivo a escala global.

La ingeniera agrónoma Carolina Alvarez, investigadora del INTA Manfredi, será una de las disertantes dentro del panel que copreside Ariel Odorizzi. Compartirá hallazgos cruciales que no solo reflejan la realidad productiva de Argentina, sino que también proponen un camino hacia prácticas más resilientes y de bajo impacto ambiental. 

En diálogo con TodoAlfalfa explicó que su presentación se centrará en investigaciones específicas que evalúan la huella de carbono del cultivo de alfalfa en sistemas ganaderos de Argentina. En ese marco, aborda directamente esta necesidad, cuantificando las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas directamente al cultivo de la alfalfa y analizando factores específicos que influyen en este balance.

Los puntos centrales de su conferencia se basan en estudios de campo y abordan el trabajo que determina como el cultivo de alfalfa en Argentina contribuye a las emisiones de gases que impulsan el cambio climático. También se presentarán conclusiones y datos de investigaciones realizadas íntegramente en la provincia de Córdoba, ofreciendo un análisis detallado y localizado.

Un componente distintivo de su estudio es la evaluación de los efectos de los subproductos del pastoreo, con un análisis específico sobre el impacto de los «parches de orina» y deyecciones animales en el balance de emisiones. 

Cabe destacar que estos hallazgos no solo proveen datos científicos valiosos, sino que también fundamentan su visión estratégica para orientar el futuro de la producción de alfalfa hacia un modelo más sostenible y en armonía con el medio ambiente.

Álvares reconoció que, si bien la producción de alfalfa en Argentina es altamente competitiva y «está a la altura de la producción mundial», existen oportunidades críticas de mejora, especialmente desde la perspectiva del suelo y el cambio climático. Su visión aboga por la implementación de prácticas de manejo que refuercen la resiliencia y minimicen la huella de carbono.

Para lograr una producción de alfalfa con bajas emisiones y estabilidad a largo plazo, Alvarez propone un conjunto de estrategias de manejo interconectadas:

1. Manejo del pastoreo: Optimizar las prácticas de pastoreo directo para mitigar su impacto ambiental asociado y mejorar la eficiencia del sistema.

2. Manejo de la rotación: En sistemas destinados al corte para heno, implementar rotaciones de cultivo inteligentes que beneficien la salud y estructura del suelo.

3. Secuestro de carbono: Priorizar activamente técnicas y manejos que incrementen la captura y el almacenamiento de carbono en el suelo, convirtiéndolo en un sumidero neto.

4. Enfoque en el sistema suelo: Reconocer y gestionar el suelo como el activo fundamental que garantiza la estabilidad productiva de la alfalfa a lo largo del tiempo.

El Congreso Mundial de Alfalfa no es simplemente un foro para la presentación de avances teóricos. Las discusiones que se están llevando a cabo, desde el mejoramiento genético hasta las estrategias de adaptación climática, representan lo que «está empezando a suceder ya en Argentina» y en el resto de las regiones productoras del mundo. Los conocimientos y alianzas que surjan de este encuentro no son una visión lejana, sino las herramientas con las que se está escribiendo, hoy, el futuro de la alfalfa.