La Diplomatura en Alfalfas de Calidad avanza, el último sábado concluyó el módulo II “sistemas pastoriles” con la docente Melisa Delbino quien habló de “la alfalfa en la nutrición de los sistemas lecheros”.
La alfalfa es un forraje de alto valor nutricional para vacas lecheras, caracterizado por su alto contenido de proteína y perfil de aminoácidos, fibra de calidad y aporte de vitaminas y minerales.
La calidad de la alfalfa disminuye con la madurez, afectando la digestibilidad de la materia seca y el contenido de proteínas. Es crucial cosechar o pastorear en etapas tempranas (ej. 7-8 nudos) para maximizar la producción lechera.
Por lo tanto, el valor nutritivo de un alimento se expresa principalmente a través de su digestibilidad, que es la proporción de materia seca (MS) consumida que es absorbida por el animal, en lugar de excretada. Este documento se centra en el rol crucial de la alfalfa en la nutrición de vacas lecheras, explorando sus características nutricionales, el impacto de su estado fenológico y el manejo del pastoreo para optimizar la producción lechera.
La alfalfa es un forraje leguminoso de alto valor nutritivo para vacas lecheras, pero su calidad varía significativamente con el estado de desarrollo del cultivo.
FDN y FDA: Indicadores Clave
FDN (Fibra Detergente Neutro): Representa el total de la fibra de la planta.
FDA (Fibra Detergente Ácido): Incluye celulosa y lignina. Una mayor proporción de FDA en un forraje se correlaciona negativamente con su digestibilidad de la materia seca (DMS).
La tabla a continuación ilustra cómo la calidad de la alfalfa disminuye con el avance del estado fenológico (porcentaje de floración)
Es un alimento altamente valorado por su perfil nutricional:
- Alto contenido de proteína.
- Perfil de aminoácidos de alto valor nutricional (Lisina y Metionina son AA limitantes clave para la producción de proteína láctea).
- Fuente de fibra efectiva de alta calidad.
- Alta velocidad de fermentación ruminal y pasaje, lo que favorece un mayor Consumo de Materia Seca (CMS).
- Importante aporte de macro y micro minerales.
- Alto contenido de vitaminas (o sus precursores) A, E y K.
- Bajo costo por kg de MS.
«La alfalfa tiene una menor digestibilidad de la fibra y una mayor concentración de proteína degradable que las gramíneas.» Y aunque las leguminosas tienen menor concentración de fibra, «sus fibras son generalmente menos digestibles (Hoffman et al., 1998)».
El objetivo del manejo del pastoreo es «optimizar producción, aprovechamiento y calidad del pasto».
Consumo de MS: Las vacas en T0 tuvieron mayor consumo de MS. Sin embargo, las vacas en T4+4 consumieron «1,1 kg más de MS/día de alfalfa» en comparación con T8, indicando que «¡Comen 16% + en 2 veces!».
Sustitución de TMR: La inclusión de 8h de pastoreo de alfalfa (T8 y T4+4) permitió «sustituir entre el 35,8 % y el 38,7 % del consumo total de materia seca (CMS) de una RMP por pasto».
Producción de leche: No se observaron diferencias significativas en la producción de leche y sólidos lácteos entre los tratamientos, lo que significa que el pastoreo de alfalfa mantuvo el rendimiento productivo.
Composición de la leche: Se observó un «aumento del C18:1 trans-11 de la grasa láctea» en los grupos con pastoreo.
Eficiencia: «Dividir una sesión de pastoreo continuo de 8 h en dos sesiones de 4 h aumentó la proporción de energía y nitrógeno aportada por la pastura de alfalfa y redujo la ingesta de PMR, sin modificar la ingesta total de nutrientes ni el rendimiento productivo de las vacas.»
Un análisis del aporte de minerales de 9 kg de MS de alfalfa/día para una vaca de 600 kg PV, 30 L de leche, muestra que la alfalfa contribuye significativamente, pero puede haber deficiencias o excesos en algunos elementos en relación a los requerimientos:
Un buen manejo del pasto para ganar kilos
El ingeniero agrónomo Germán Barone, especialista en pasturas y referente del INTA Balcarce, explicó los principales puntos de la producción e inició con la pregunta: ¿Dónde, por qué, cuándo y cuánto produce la alfalfa?
Claro está que la alfalfa es un cultivo fundamental en sistemas agrícolas y ganaderos debido a sus múltiples beneficios y alta productividad. Jugando un rol ambiental importante y aportando beneficios como:
- Reponer Nitrógeno (N) y Carbono (C): «Rol ambiental: repone el N y el C». Esto es crucial en ambientes donde se realiza agricultura intensiva o silo de maíz.
- Mejorar la capacidad de infiltración: «Mejora la capacidad de infiltración (reduce escurrimiento)». Contribuye a una mejor estructura del suelo y menor erosión.
- Fija Nitrógeno Atmosférico: Fija nitrógeno del aire por simbiosis con bacterias, lo que permite producir «mucho forraje de calidad sin agregar nitrógeno en suelos provistos de fósforo, drenados y profundos».
- Uso eficiente del agua: «Puede utilizar agua de horizontes profundos», lo que la hace más resistente en épocas de sequía.
Además, agregó que durante el verano existe un mayor crecimiento que las gramíneas porque las temperaturas, que en promedio ronda los 22 a 27 grados, son “óptimas” para que ello suceda; el periodo de mayot producción se da entre octubre y marzo con picos de rinde de 9 a 12 mil kilos de materia seca por hectárea.
Aumenta el potencial productivo ya sea para el sector lácteo (9 a 12 mil litros) o cárnico 600 a 800 kilogramos. Explicó que 1 kg Materia Seca equivale a un litro de leche, mientras que 15 kilogramos de materia seca se transforman en un kilo de carne.
Siembra, factor clave
Barone destacó la importancia de este punto al que considera “determinante para su establecimiento y productividad”.
- Distancia entre hileras: Históricamente se usaban 15-17 cm. Actualmente, se ha explorado el uso de 20-21 cm. Sin embargo, «Si la distancia entre hileras es 20 cm en lugar de las tradicionales (15-17 cm) perdemos producción (menos 18%, Mattera et al. 2013)».
- Densidad de siembra: No se han encontrado diferencias significativas entre densidades. «Aumentar la densidad de siembra no soluciona esa pérdida de producción» causada por hileras más anchas.
- Siembras a 10 cm sí muestran un aumento en el rendimiento, pero «sólo a la salida del invierno». Las diferencias desaparecen si aumenta el intervalo entre cortes/pastoreos.
- Siembras cruzadas o sesgadas «tampoco produjo aumentos del rendimiento».
Por lo que Barone indica que «aumentar la densidad no produjo aumentos de rendimiento», como así tampoco «sembrar cruzado y sesgado produjo aumentos del rendimiento».
A su vez, abordó el peso de las semillas y los logros. El pelleteado o pildorado de la semilla aumenta su peso, lo que reduce el número de semillas por bolsa. Por ejemplo, la semilla desnuda (0% inerte, 2.2g) contiene 11,363,636 semillas/bolsa de 25 kg, mientras que una semilla pelleteada al 75% (4.8g) contiene 5,208,333 semillas/bolsa.
El logro de plántulas puede variar significativamente. Para lograr 300 plantas/m², se requerirían «27 kg/ha para lograr 300 plantas/m2» con un 35% de logro, mientras que con un 60% de logro se necesitan «12 kg/ha para lograr 300 plantas/m2».
Por lo tanto “es crucial una buena cama de siembra y velocidad adecuada” y un manejo adecuado del pastoreo que es vital para la persistencia y productividad de la alfalfa.
Primer pastoreo después de la siembra
- Énfasis en las raíces: Es fundamental «pensar en RAÍCES».
- Evitar la tentación temprana: El primer año, no utilizar la pastura hasta que aparezcan las primeras flores (Junio/Julio, siembra de Marzo). Esto permite raíces más vigorosas, menos malezas y mayor persistencia.
- Manejo de malezas: Si hay malezas, es necesario «COMER – CORTAR (darle LUZ a la alfalfa)» para evitar el sombreo excesivo, especialmente en el caso de mezclas con gramíneas.
Manejo en Primavera-Verano (Octubre-Febrero)
La recomendación tradicional del «10% de floración» como momento óptimo de pastoreo, originada en sistemas de corte para reservas en América del Norte, no es adecuada para los sistemas de pastoreo directo de alfalfa en la región pampeana húmeda.
«Si la pastura está en este estado y todavía no ingresamos a pastorear Pasturas pasadas, mala calidad, baja producción estacional».
A la vez, expuso que durante los meses de noviembre a febrero hay una nueva propuesta de manera que es “empezar con 20 centímetros de altura, rotar rápido de 15 a 25 días y una ocupación corte de 3 a 6 días.
Según las pruebas, esta «nueva propuesta» superó al manejo tradicional (que usaba siempre 33-45 días de rotación) en «producción de forraje (9089 kgMS/ha vs 7885 kgMS/ha)», «carga animal (5.3 vs 4.7 animales/ha)», «ganancia diaria (0.600 vs 0.565 kg/animal/día)» y «Producción de carne (600 vs 450 kg/ha)». Esto representa un «+ 30%» en la producción de carne.
Pasturas bajas vs. altas
En verano, pasturas más bajas (30-40 cm de altura al ingreso) permiten una mayor ganancia individual de peso (900 g/animal/día) y producción de carne por hectárea (340 kg carne/ha) comparado con pasturas altas (50-60 cm, 740 g/animal/día y 299 kg carne/ha).
En otra parte de la charla explicó que el «manejo de la defoliación de primavera, no afectó el stand de plantas ni la biomasa de raíces y corona». La nueva propuesta de manejo no comprometió la persistencia.
Mientras que en el periodo de febrero a abril se debe darle “descanso” y alargar el intervalo entre pastoreos, algo que considera “crucial”.
El monitoreo constante es esencial para una gestión eficiente del pasto. Esto permite, según lo explicado por Berone «producir usando pasto (recurso mas barato), pero también aumentar ingresos bajando costos», a la vez debemos entender que manejamos un recurso dinámico y variable: «Que el pasto no me pase por encima», «No quedarme sin pasto», «Manejar mejor suplementación y ajuste de carga».
¿Qué monitorear?
Stock de pasto y tasa de crecimiento: El monitoreo debe enfocarse en la «oferta de pasto semana a semana (la realidad)».
Stock de pasto: Es el «Promedio de pasto en toda la superficie bajo pastoreo» por encima de 5 cm. El valor promedio de altura deseado para la zona de pastoreo debe estar entre «18-22 cm».
Reglas clave:»Elegir, y mantener, en el área bajo pastoreo un determinado valor de stock de pasto».
«Consumir, diariamente, una cantidad de forraje similar a la tasa de crecimiento ± la diferencia de stock».
¿Cómo ejecutar el monitoreo?
Periodicidad: «Recorrida semanal o cada 14 días».
Método: «Toma de datos de stock (puede ser con regla, pasturómetro, ojo, satélite). El método es irrelevante, lo importante es hacerlo cada 15 días todo el año, todos los años».
Toma de decisiones: El monitoreo continuo (evolución de stock, predicción de tasa de crecimiento, altura por potrero) proporciona «información muy solida para confiar más en el uso del pasto y tomar decisiones con menor riesgos», tales como ajustar la suplementación, meter más animales, hacer reservas o asignar potreros.