INFORME ESPECIAL: Claves para una siembra exitosa de alfalfa

Desde TodoAlfalfa ahondamos en los puntos a tener en cuenta para desarrollar una planificación lo más ajustada posible y que permita “ganar”. Una mala implantación impactará negativamente en lo económico.

La alfalfa se posiciona como el cultivo forrajero más relevante para los sistemas productivos intensivos de Argentina debido a su alto valor nutricional, su capacidad de fijación de nitrógeno y su creciente demanda tanto en el mercado interno como externo. 

El éxito a largo plazo de una pastura de alfalfa, medido en persistencia, productividad y rentabilidad, se define en un 70% durante el período crítico de planificación y siembra. Una implantación deficiente no solo compromete el potencial productivo del cultivo, sino que también representa una pérdida económica significativa, con costos de implantación que rondan los 300-350 dólares por hectárea.

Las claves para una implantación exitosa se centran en un enfoque técnico riguroso que abarca múltiples factores interrelacionados:

1. Planificación estratégica: La elección del momento óptimo de siembra (principios de otoño), la selección de un lote con un cultivo antecesor adecuado (que libere el lote temprano y deje poco rastrojo) y un análisis de suelo adecuado son fundamentales.

2. Calidad de la semilla y siembra de precisión: Es imperativo el uso de semilla fiscalizada (pureza, genética y física) y tratada (inoculada y curada), junto con la elección de cultivares adaptados a la región. La densidad de siembra debe calcularse para lograr un stand objetivo de 250-350 plantas/m² a los 90-120 días, respetando una profundidad de siembra crítica de 0,5 a 1 cm en suelos pesados hasta a 1,5 cm en suelos livianos y un espaciamiento que debería ser (en lo ideal) de 12 centímetros.

3. Tecnología y maquinaria: La correcta calibración y operación de la sembradora es crucial, para esto el mantenimiento y buen funcionamiento es fundamental. La velocidad de siembra no debe exceder los 6 km/h. Adicionalmente, la adopción de tecnologías 4.0, como el uso de drones y plataformas digitales para el monitoreo, permite avanzar hacia una gestión de precisión del cultivo.

4. Manejo post-siembra: Un control riguroso de malezas durante el periodo crítico de competencia y plagas durante el primer mes y medio, seguido de una evaluación objetiva de la implantación y un primer corte realizado en el momento adecuado, son esenciales para asegurar la persistencia y productividad de la pastura.

La alfalfa es un pilar fundamental en los sistemas ganaderos y lecheros modernos de Argentina, país que se destaca como el segundo de mayor importancia en la siembra de este cultivo a nivel mundial, con una superficie de 3.4 millones de hectáreas.

• Valor nutricional y productivo: Es la principal especie forrajera del país, constituyendo la base de la producción de carne y leche en la región pampeana. Su cultivo, como especie pura o consociada, integra más del 58% del total de las forrajeras en dicha región.

• Sostenibilidad: Posee la capacidad de fijar nitrógeno biológico, enriqueciendo el suelo y reduciendo la necesidad de fertilizantes nitrogenados.

• Potencial económico: Además de abastecer el mercado interno, existe una creciente demanda externa, especialmente para la producción de heno en megafardos, lo que abre importantes oportunidades de exportación.

• Ciclo de renovación: Se estima una persistencia promedio de 4 años, lo que implica una renovación anual de aproximadamente 850,000 hectáreas a nivel nacional.

Fase de planificación: Definiendo el éxito futuro

Las decisiones previas a la siembra determinan la cantidad de plantas logradas inicialmente y, por ende, el potencial productivo de la pastura. Una correcta planificación permite realizar la siembra en la fecha adecuada y bajo condiciones óptimas.

“El problema de la generación de plantas es la siembra, allí se define la mayor parte del éxito o fracaso del cultivo”, remarca una y otra vez el ingeniero agrónomo Juan Lus.

La construcción de una alfalfa de alto rendimiento y persistencia comienza mucho antes de la siembra. En la actualidad, las tecnologías 4.0 han redefinido el concepto de diagnóstico de suelos, pasando de evaluaciones generales a análisis georreferenciados, precisos y multicapa. Sensores de conductividad eléctrica, mediciones de radiación gamma, drones multiespectrales y plataformas digitales permiten caracterizar con detalle la variabilidad espacial del lote y comprender con mayor exactitud las condiciones productivas iniciales.

Fecha óptima de siembra

Para la región pampeana, la fecha de siembra ideal es a principios de otoño (marzo-abril). Esta ventana temporal ofrece múltiples ventajas:

Condiciones climáticas: Temperaturas y humedad del suelo favorables para la germinación y emergencia.

Menor competencia: Reducida presencia de malezas agresivas en comparación con siembras de primavera.

Desarrollo radicular: Permite un desarrollo robusto de la raíz y la corona antes de la llegada del invierno, preparando a la planta para un crecimiento vigoroso en la primavera siguiente.

Las siembras tardías de primavera exponen a las plántulas a un mayor riesgo de estrés térmico e hídrico.

Selección de lote y cultivo antecesor

La elección del cultivo previo es fundamental para asegurar una buena cama de siembra en sistemas de siembra directa.

Criterios de selección:

    ◦ Fecha de liberación del lote: Debe ser temprana para permitir una siembra en fecha óptima.

    ◦ Volumen de rastrojo: Los mejores antecesores son aquellos que dejan bajo volumen de residuos.

    ◦ Control de malezas previo.

    ◦ Condiciones de humedad al momento de la siembra.

• Antecesores recomendados:

    ◦ Excelentes: Moha para henificar (logra hasta un 90% de densidad de plantas en siembra directa), girasol.

    ◦ Buenos: Trigo, avena, centeno, soja de ciclo corto, maíz para silaje.

Antecesores no recomendados:

    ◦ Maíz y sorgo para grano: Dejan un volumen excesivo de rastrojo en superficie.

    ◦ Pasturas degradadas: Son los peores antecesores debido al rastrojo remanente, compactación del suelo, alta infestación de malezas y posibles efectos de autotoxicidad si contenían alfalfa. En estos casos, se recomienda un descanso del lote rotando con otro cultivo por al menos una estación.

Condiciones y preparación del Suelo

El suelo es la base del cultivo, y su correcta gestión es indispensable.

• Características físicas: Se requieren suelos profundos, bien drenados y con buena estructura para evitar la asfixia radicular. 

• Características químicas:

    ◦ pH: El rango óptimo se sitúa entre 6,2 y 7,0. Valores inferiores afectan la producción y la fijación de nitrógeno. La técnica de encalado puede corregir la acidez.

    ◦ Análisis de suelo: Es crucial realizar un análisis para determinar los niveles de materia orgánica, fósforo (P), azufre (S), pH y cationes. Las tecnologías 4.0 permiten diagnósticos precisos mediante mapeo y muestreo dirigido.

• Fertilización:

    ◦ Fósforo (P): Es uno de los principales limitantes. Se observa respuesta a la fertilización con niveles de P disponible inferiores a 20-25 ppm.

    ◦ Nitrógeno (N): Es provisto en su mayor parte por la fijación biológica a través de rizobios.

    ◦ Azufre (S) y Boro (B): La alfalfa es sensible a la deficiencia de estos nutrientes, especialmente en suelos pobres en materia orgánica.

    ◦ Aplicación: Para evitar fitotoxicidad, se debe tener precaución al aplicar fertilizantes como fosfato diamónico en la línea de siembra. El superfosfato triple es una alternativa más segura.

NutrienteRequerimiento (kg/tonelada de materia seca)
Nitrógeno (N)25
Fósforo (P)2,6
Potasio (K)25
Calcio (Ca)14
Magnesio (Mg)3
Azufre (S)2,5

Nota: La mayor parte del nitrógeno proviene de la fijación biológica.

• Cama de siembra: El objetivo es lograr una cama firme y uniforme. En siembra directa, una buena cosecha del cultivo antecesor es el primer paso para asegurar una implantación adecuada. Es fundamental que el suelo esté bien mullido en la zona donde se ubicará la semilla: en siembra directa, esta función la realiza el disco de labranza, que debe seleccionarse con varias ondas y un ancho de labor reducido. En siembra convencional, se deben efectuar las pasadas de disco necesarias para obtener una adecuada preparación de la cama de siembra.

Otro aspecto importante es que el suelo debe contar con buena humedad al momento de sembrar y, además, se debe procurar evitar lluvias durante los primeros siete días posteriores a la siembra. Esto ayuda a prevenir el planchado del suelo, que afecta negativamente al desarrollo inicial de la alfalfa.

Semilla: Calidad y tratamiento

• Elección del Cultivar: Se deben seleccionar variedades con un grado de latencia o reposo acorde al sistema productivo y la zona agroclimática. Es clave considerar la resistencia a plagas y enfermedades. La Red Nacional de Evaluación de Cultivares de Alfalfa del INTA, cuyos resultados se publican en la revista «Avances en Alfalfa», es la principal fuente de información para esta decisión.

• Calidad de la semilla: Utilizar semilla fiscalizada es fundamental, ya que garantiza valores mínimos de pureza (98,5%) y poder germinativo (85%).

• Inoculación: Es indispensable realizar una correcta inoculación con rizobios específicos para maximizar la fijación biológica de nitrógeno.

• Curado y peleteado: Este tratamiento protege a la semilla del ataque de hongos e insectos (como trips) durante los estadios iniciales. Incrementa el peso de la semilla entre un 30% y un 50%, dato que debe ser considerado al calcular la densidad de siembra en kg/ha.

Densidad, profundidad y distribución

• Stand objetivo de plantas: El objetivo es lograr entre 250 y 350 plantas/m² a los 90-120 días post-siembra.

• Densidad de siembra:

    ◦ Para alcanzar el stand objetivo, se recomienda sembrar entre 360 y 440 semillas viables/m².

    ◦ Esto se traduce en una densidad de 12 a 18 kg/ha, pero el cálculo preciso debe realizarse con la siguiente fórmula, considerando el Valor Cultural (VC), el Peso de Mil Semillas (PMS) y el porcentaje de peleteado (%P): Kg de semillas/ha = (N° semillas viables/m² x PMS (g) / VC) + %P

• Profundidad de siembra: Es un factor crítico. La profundidad óptima es de 0,5 a 1,5 cm. Profundidades mayores reducen drásticamente el vigor y el porcentaje de emergencia.

• Distancia entre hileras:

    ◦ La distancia óptima para maximizar la intercepción de luz y el rendimiento es de 15 a 17,5 cm, sin embargo ahora están ingresando al mercado maquinarias que realizan el trabajo a 12 cm algo que es mucho mejor para el proceso. Esto se debe a que disminuimos la cantidad de semillas en la línea, por lo tanto la competencia entre las plantas por recursos (agua. radiación solar, nutrientes disminuye.

    ◦ Siembras con espaciamientos mayores, como 21 cm (común por disponibilidad de maquinaria), pueden provocar caídas de rendimiento superiores al 20%.

    ◦ Estudios del INTA han demostrado que arreglos de siembra alternativos («tipo raviol» o sesgada) no mejoran el rendimiento y, en cambio, incrementan los costos operativos por la doble pasada de la sembradora.

Maquinaria y tecnologías aplicadas

La sembradora es la protagonista de una siembra precisa. Su correcta regulación y operación es tan importante como la planificación previa.

Calibración y mantenimiento de la sembradora

• Limpieza y control: Revisar la limpieza de los cajones alfalferos, el desgaste de los dosificadores (rodillos acanalados, chevrones) y el estado de los tubos de bajada.

• Tubos de bajada: Deben ser lo más rectos y tensos posible en posición de trabajo. Los tubos corrugados deben tener pliegues internos superpuestos («polleras») para evitar la acumulación de semillas.

• Cuchilla de microlabranza: Debe trabajar a no más de 1 cm por debajo de la profundidad de siembra para cortar el rastrojo sin romper la capilaridad del suelo.

• Discos abridores: Controlar el desgaste y el punto de encuentro para asegurar un surco en forma de «V» y no de «W», lo que afectaría la emergencia.

• Velocidad de siembra: No exceder los 5 a 6 km/h para garantizar una operación delicada y precisa.

• Rueda contactadora: es fundamental que no se le adhiera barro, dado que esto hace que la semilla no se ubique correctamente, por otro lado si se usa discos tapasurcos podemos sacarlas, y a la inversa, si dejamos las contactadoras sacar las ruedas tapasurcos. Debemos tener en cuenta que si bien la profundidad máxima es entre 1 y 1,5, la ideal es entre 0,5 y 1, por lo tanto con un leve tapado de la semilla es suficiente, esto lo genera uno de los 2 sistemas mencionados, siendo lo ideal según diferentes investigaciones sacar las tapasurcos, dado que suelen tapar mucho la semilla. Al mismo tiempo es fundamental que el peso de las contactadoras o tapasurcos en caso de utilizarlas sea el menor posible.

Tecnologías 4.0 para una alfalfa de precisión

La innovación tecnológica permite una gestión más eficiente y objetiva del cultivo.

• Diagnóstico de suelos: Herramientas 4.0 permiten generar capas de información georreferenciada del suelo para una fertilización y enmienda de precisión por zonas de manejo, lo que resultaría en el uso eficiente de insumos..

• Monitoreo con drones: El uso de drones y plataformas de agricultura digital permite:

    ◦ Cuantificar la cobertura del cultivo y el stand de plantas de manera objetiva.

    ◦ Evaluar la calidad de la siembra a gran escala y con alta resolución.

    ◦ Generar información valiosa para ajustar escenarios productivos y tomar decisiones informadas a lo largo de la vida útil de la pastura.

Manejo post-siembra y evaluación

Los cuidados no terminan con la siembra. El manejo inicial es clave para la persistencia del cultivo.

• Control de malezas: El primer mes y medio es un período crítico. Se deben planificar estrategias de control con herbicidas pre-siembra, pre-emergentes y post-emergentes selectivos (aplicables a partir de la 2ª-3ª hoja trifoliada).

• Control de plagas: Monitorear frecuentemente la presencia de pulgones, isocas y trips. Aun con semilla curada, pueden ocurrir reinfecciones que requieran aplicaciones de insecticidas.

• Evaluación de implantación: A los 20-30 días, se debe medir la densidad y uniformidad de las plántulas. Esto permite detectar fallas de nascencia y analizar sus causas (compactación, insectos, profundidad excesiva) para ajustar manejos futuros. El objetivo final es medir la eficiencia de implantación: la relación entre las plántulas logradas y las semillas viables sembradas.

• Primer corte y manejo inicial: Realizar el primer corte cuando la planta presente 2-3 nudos basales bien desarrollados. Es fundamental evitar cortes muy bajos para proteger la corona de la planta y asegurar la acumulación de reservas para el rebrote.

Colaboraron: los ingenieros agrónomos Miguel Fornis, Juan Lus, Ariel Odorizzi, Daniel Basigalup, Fernando Scaramuzza

Fuentes

https://www.todoalfalfa.com.ar/noticias/las-claves-para-una-siembra-de-alfalfa-eficiente/

https://www.youtube.com/watch?v=zpWV39J6PPE

https://www.todoalfalfa.com.ar/noticias/agricultura-digital-la-alfalfa-en-4-0/

https://www.produccion-animal.com.ar/produccion_y_manejo_pasturas/pasturas_cultivadas_alfalfa/76-siembra_directa.pdf

https://www.produccion-animal.com.ar/produccion_y_manejo_pasturas/pasturas_cultivadas_alfalfa/164-Alfalfa.pdf

https://www.todoalfalfa.com.ar/noticias/alfalfa-como-planificar-una-siembra-precisa/