Sustentabilidad y manejo nutricional de alfalfa 

La especialista Maria Alejandra Marino fue la responsable de abordar un tema clave para la producción de alfalfas de calidad. La gestión nutricional es un pilar fundamental para la productividad, calidad y persistencia de las pasturas de alfalfa.

En el marco de la novena clase de la Diplomatura de Alfalfas de Calidad, la ingeniera agrónoma María Alejandra Marino abordó el tema: “Manejo nutricional de alfalfa en sistemas productivos sustentables”. Una charla que se extendió mas de la cuenta y en la que se tocaron diversos temas referidos a la temática.

En lo que refiere a la clase, lo expuesto por la profesional inició con “los nutrientes”, que son los que actúan como el principal factor limitante (el Fósforo principalmente), controlando no solo el crecimiento de la biomasa aérea y radical, sino también procesos fisiológicos clave como la tolerancia al frío y, de manera crucial, la eficiencia de la fijación biológica de nitrógeno (FBN).

La alfalfa posee la capacidad de suplir gran parte de sus requerimientos de Nitrógeno (N) a través de la simbiosis con bacterias Rhizobium, pero este proceso es altamente dependiente de un adecuado suministro de otros nutrientes, principalmente Fósforo y Azufre. 

La dinámica de estos nutrientes varía drásticamente según el sistema de aprovechamiento: mientras que el corte para heno o silaje implica una exportación masiva de nutrientes del sistema, el pastoreo permite un importante retorno a través de las heces y la orina, aunque este ciclo no es 100% eficiente y está sujeto a pérdidas.

Para una fertilización efectiva y sostenible, el diagnóstico a través del análisis de suelo es una herramienta indispensable. Estudios en la Región Pampeana establecen un nivel crítico de Fósforo (Bray) de aproximadamente 18 mg kg⁻¹ (ppm), por debajo del cual se observan respuestas significativas en el rendimiento. 

Las estrategias de fertilización deben basarse en criterios de suficiencia o de construcción y mantenimiento, ajustándose a los objetivos productivos y a la información ambiental para optimizar el uso de recursos y minimizar el impacto ambiental, en línea con el desafío global de reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos.

El Rol Central de los Nutrientes en la Productividad de la Alfalfa

La nutrición mineral es el factor que gobierna el rendimiento, la calidad forrajera y la persistencia de las pasturas de alfalfa. Un adecuado balance nutricional impacta directamente tanto en la biomasa aérea, que se cosecha, como en la biomasa radical, esencial para la supervivencia de la planta y la captación de agua y nutrientes. 

La respuesta del crecimiento de la planta al suministro de un nutriente sigue una curva donde niveles deficientes limitan la producción, niveles óptimos la maximizan y niveles excesivos pueden causar toxicidad y daño ambiental, resultando en un sistema no sustentable.

Gestión del Nitrógeno (N) y Fijación Simbiótica

La alfalfa es una leguminosa con la capacidad de establecer una simbiosis con bacterias del género Rhizobium, lo que le permite fijar nitrógeno atmosférico y convertirlo en una forma asimilable por la planta.

Capacidad de Fijación: Esta fijación biológica de nitrógeno (FBN) es un proceso clave que reduce la dependencia de fertilizantes nitrogenados sintéticos. Sin embargo, para que ocurra eficientemente, la planta requiere un abastecimiento adecuado de otros nutrientes esenciales, como Fósforo (P), Azufre (S), Molibdeno (Mo) y Cobalto (Co).

Cuantificación de la FBN: La cantidad de N fijado está directamente relacionada con la producción de biomasa de la pastura. Según Unkovich (2012), se pueden estimar los kilogramos de N fijado por hectárea a partir de la materia seca (MS) producida, utilizando modelos específicos para diferentes leguminosas.

Respuesta a la Fertilización Nitrogenada: Aunque la alfalfa fija su propio nitrógeno, en ciertas condiciones puede responder a la aplicación de N. Un estudio mostró que la aplicación de N en abril generó una respuesta de 16 a 25 kg de materia seca adicional por cada kg de N aplicado.

El Fósforo (P) como Nutriente Limitante Principal

El Fósforo es, en muchos sistemas productivos, el nutriente más limitante para la alfalfa, con efectos profundos y multifacéticos sobre la planta.

Efectos en el Rendimiento y la Calidad

Rendimiento y Composición: La adecuada nutrición fosfatada incrementa el rendimiento y el contenido de proteína cruda, mientras que tiende a disminuir la concentración de fibra detergente neutra, mejorando la calidad del forraje (Wan et al., 2022).

Acumulación de Biomasa: Un suministro adecuado de P mejora la acumulación de biomasa (hojas y total) en relación con el tiempo térmico (grados día) y la eficiencia en el uso de la radiación fotosintéticamente activa interceptada (Sevilla y Agnusdei, 2016).

Impacto en la Fijación de Nitrógeno y la Resiliencia

Eficiencia de la FBN: La deficiencia de Fósforo afecta severamente la simbiosis y la FBN. Un estudio de Sulieman et al. (2013) demostró que las plantas con suministro adecuado de P (+P) superaron ampliamente a las deficientes (-P) en todos los parámetros medidos.

Tolerancia al Frío: Una nutrición fosfatada adecuada mejora la tolerancia de la alfalfa a las bajas temperaturas.

Interacciones: El Calcio (Ca) también juega un rol, afectando positivamente la nutrición fosforada de las bacterias Rhizobium (Beck y Munns, 1985).

Dinámica de Nutrientes en Sistemas de Pastoreo y Corte

El modo de cosecha determina fundamentalmente el ciclo y balance de nutrientes en el sistema.

Corte (Exportación): Cuando la alfalfa se cosecha para heno o silaje, se produce una alta exportación de nutrientes del lote, que deben ser repuestos vía fertilización para mantener la productividad.

Pastoreo (Retorno): En sistemas de pastoreo, una porción importante de los nutrientes consumidos por el animal retorna al suelo a través de las heces y la orina. Sin embargo, esta distribución es desuniforme y el ciclo está sujeto a pérdidas.

Cuantificación del Ciclo de Nutrientes

1. Remoción en Producto Animal 

2. Aporte de Nutrientes vía Heces 

La disponibilidad de nutrientes de las heces es a mediano-largo plazo y depende del contenido de N y P del forraje, factores climáticos y la degradación biológica.

3. Aporte de Nutrientes vía Orina Los nutrientes en la orina, especialmente el N (como urea), están más disponibles pero también son más susceptibles a pérdidas.

Nutrientes

Vías de Pérdida de Nutrientes

Nitrógeno: Las principales vías de pérdida son la volatilización de amoníaco (NH₃) desde la orina, la lixiviación de nitratos (NO₃⁻) a capas profundas del suelo, la desnitrificación (conversión a N₂/N₂O) en condiciones de anegamiento, y la escorrentía superficial.

Fósforo: Las pérdidas ocurren principalmente por erosión hídrica y eólica, y por escorrentía superficial, ya que el P es poco móvil en el suelo.

Estrategias de Fertilización y Diagnóstico

Una fertilización eficiente y rentable se basa en un diagnóstico preciso de las necesidades del cultivo.

Diagnóstico del Suelo: El análisis de suelo antes de la siembra es la herramienta fundamental. Para la alfalfa en la Región Pampeana, se considera:

    ◦ Deficiencia de Fósforo: Por debajo de 15 ppm de P (método Bray).

    ◦ Nivel Crítico de Fósforo: El nivel por encima del cual la probabilidad de respuesta a la fertilización es baja se sitúa en aproximadamente 18 mg kg⁻¹ (18 ppm) (Pautasso y Barbagelata, 2017).

Criterios de Fertilización:

    ◦ Suficiencia: Busca aplicar la dosis de fertilizante que maximiza el rendimiento en el corto plazo, sin buscar modificar el nivel de nutrientes del suelo.

    ◦ Construcción y Mantenimiento: Apunta a elevar el nivel de P del suelo hasta el nivel crítico y luego reponer anualmente la cantidad de nutriente exportada por el cultivo.

Evidencia Experimental:

    ◦ Balcarce: Estudios a largo plazo (4 años) demostraron que la producción de materia seca de alfalfa en un suelo con 10 ppm de P inicial respondió consistentemente a dosis crecientes de fertilizante fosfatado (Berardo y col., 2000).

    ◦ Sur de Santa Fe: Ensayos en suelos con historia agrícola han mostrado respuestas positivas no solo a Fósforo, sino también a Azufre y Calcio (Ibarlucea et al., 2020; Vivas y Quaino, 2000).

Hacia un Manejo Nutricional Sustentable

El desafío actual es minimizar el uso de fertilizantes sintéticos sin comprometer la productividad. Esto requiere una planificación integral para optimizar el uso de los recursos disponibles. Los elementos clave de esta planificación incluyen:

1. Definir el Objetivo Productivo: Establecer metas claras para el sistema (tambo, cría, ciclo completo).

2. Conocer el Ambiente: Realizar un diagnóstico de suelo completo y considerar los pronósticos climáticos.

3. Elaborar un Presupuesto Forrajero: Planificar la cadena forrajera en función de la carga animal.

4. Considerar el Modo de Utilización: Adaptar la estrategia de fertilización si el uso principal es pastoreo o corte.

5. Maximizar la Eficiencia de Uso del Pasto: Un mejor aprovechamiento del forraje producido se traduce en una mayor eficiencia del uso de nutrientes.